Baraka y la Contemplación


Baraka y la Contemplación 

Tanto la película Baraka como el pensamiento del uso y la contemplación de Octavio Paz nos llevan a un mismo mensaje. Es sorprendente cómo esta película puede tener tanta relación con la arquitectura y los pensamientos de Octavio Paz. La experiencia de ver Baraka es un acto de contemplación pura que encuentra un eco profundo en el pensamiento de Octavio Paz. En ambos casos, la belleza auténtica surge cuando algo no solo cumple una función, sino que también despierta en nosotros el deseo de contemplarlo, como sucede en la artesanía según Octavio Paz y en la película Baraka. Ambos también cuentan con la contemplación; nos invitan a tomarnos el tiempo para contemplar, sin buscar una utilidad inmediata. Estas ideas respaldan la idea central de que la belleza no debe entenderse únicamente como una cuestión de funcionalidad, sino como una experiencia que surge del centro de lo útil y lo contemplativo.             

Octavio Paz plantea que la artesanía pertenece a un mundo donde lo útil y lo bello no están separados. En ese sentido, Baraka funciona como una “pieza artesanal” dentro del cine. Baraka no es una película que busca convencer ni explicar, sino que más bien busca hacer sentir. Baraka invita a mirar con calma y participar de una experiencia estética completa. Las escenas de los rituales, todos los bellos paisajes naturales, las construcciones tradicionales y religiosas no aparecen por su valor funcional, sino por la emoción y la imaginación que despiertan en nosotros. Estas escenas, al igual que una artesanía, no necesitan explicar nada, ya que su valor está en cómo están hechas y cómo nos hacen sentir. Es de esta manera que la película logra convertir lo cotidiano en algo digno de contemplar, volviéndose así Baraka un objeto artesanal que puede trascender su uso y volverse símbolo o expresión de algo más grande.         

Además de resaltar lo bello en lo cotidiano, Baraka también nos muestra cómo la contemplación puede transformar nuestra forma de estar en el mundo. Cuando dejamos de ver las cosas solo por su utilidad, podemos vivir una experiencia más significativa, más emocional y más humana. Las escenas inmóviles de Baraka solo invitan a mirar, a que seas tú el intérprete. Necesitamos contemplar sin buscar una utilidad inmediata, lo que nos permite vivir el arte y la realidad. En Baraka, lo espiritual y lo estético se entrelazan. A pesar de las diferentes opiniones sobre la película Baraka, la contemplación en Baraka no es una pérdida de tiempo, sino una forma de entrar en contacto con lo esencial, con lo que no puede medirse ni explicarse, solo experimentarse.            

En conjunto, estas ideas refuerzan la afirmación de que la belleza no se encuentra solo en la utilidad, sino en la posibilidad de contemplar y experimentar algo más allá de su función. Baraka es un conjunto entre utilidad y belleza. Esto Octavio Paz nos lo representa a través de la artesanía, pero se ve reflejado en Baraka y en la arquitectura. La belleza es el resultado de una relación profunda entre la forma y el sentido. Tanto de Octavio Paz como de la película aprendemos que la belleza no es un accesorio, sino una forma necesaria de conectar con lo más profundo de nuestra experiencia.


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