Menos muros, más ideas

 

Menos muros, más ideas

El documental El pabellón de Barcelona y el espacio moderno me permitió comprender la importancia del Pabellón de Mies van der Rohe dentro de la arquitectura moderna. Aunque fue un edificio temporal para la Exposición Internacional de 1929, su impacto sigue vigente. Como estudiante de arquitectura, considero que esta obra demuestra que no se necesita una forma compleja para crear un espacio significativo, sino una idea clara detrás del diseño.

Uno de los aspectos que más me llamó la atención es la simetría horizontal con la que Mies organiza el proyecto. Los muros no funcionan como límites cerrados, sino como planos que guían el recorrido. También me gustó mucho el uso de materiales como el vidrio, el acero y la piedra. El muro de ónice dorado destaca no solo por su belleza, sino por su valor simbólico, ya que junto con la alfombra negra y la cortina roja representaba a Alemania. Estos elementos muestran que, aunque el pabellón es minimalista, también tiene una fuerte carga simbólica. Mies logra que el espacio sea fluido y continuo, rompiendo con la idea tradicional de muros cerrados y límites rígidos.

El documental también muestra cómo la trayectoria de Mies se divide entre sus proyectos en Berlín y su etapa en Alemania antes de emigrar a Estados Unidos. Esto ayuda a entender su pensamiento filosófico y su enfoque minimalista. En el pabellón, el uso del vidrio, el acero cromado y la piedra no busca decorar, sino construir un espacio racional y equilibrado, donde cada material cumple una función clara dentro del conjunto. Para Mies, la arquitectura no era decoración, sino una forma racional de organizar el espacio, donde cada elemento tiene un propósito.

En conclusión, el Pabellón de Barcelona es una obra que sigue siendo una referencia para los estudiantes de arquitectura. El documental me dejó la reflexión de que el minimalismo no significa hacer menos por falta de ideas, sino saber elegir lo esencial para que el espacio funcione y se exprese por sí mismo.